Hélène Cadou (1922-2014) bis
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En mi envío anterior les presenté a Hélène Cadou a través de un texto en prosa que sugería el espíritu amoroso propio de su mundo poético y existencial. Amor a la vida, amor a su compañero más allá de la muerte; valoración de la energía humana puesta al servicio de lo bueno y lo bello. Ahora, en este breve poema se puede apreciar la coherencia entrañable de la autora para plasmar una completa plenitud, basada en el despojamiento y la limpidez de la palabra. Hélène habló de su trabajo de poeta desde su deseo como mujer, de «lavar las palabras». Vocablos comunes aparecen con una inédita capacidad de evocación de lo trascendente. ¿Qué es ese «saber» que encabeza el poema? No se trata de un conocimiento libresco, académico, accesible sólo a unos pocos ilustrados. Es la humilde gratitud de cualquier ser humano cuya sensibilidad afectiva le permite sentir el infinito en el instante.
Dra. Berta Kleingut de Abner |
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